Por qué mi pareja no me atrae sexualmente y qué puedo hacer al respecto

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La atracción sexual hacia la pareja es un fenómeno mucho más complejo de lo que podríamos anticipar. Mientras que, para algunos, la conexión íntima puede estar arraigada de forma exclusiva en la apariencia física, para otros, la inteligencia y forma de ser ocupan un lugar primordial al despertar el deseo.

Pero ¿qué pasa cuando ningún factor resulta suficiente y uno siente que la pareja no le atrae sexualmente, ya sea porque nunca lo hizo o porque la chispa inicial desapareció?

Este es un terreno que requiere, en primer lugar, asumir el problema como tal. Por otro lado, es fundamental explorar las razones detrás de esta falta de interés y abordar en conjunto posibles cambios en la dinámica de la relación. Acompáñanos a profundizar en el tema.

Cuando no tiene que ver con el otro, sino contigo

Es posible que la falta de atracción sexual hacia tu pareja no guarde relación con ella. La libido es dinámica y hay factores externos que la influencian. Por ejemplo, está comprobado que el estrés crónico hace destrozos en la vida sexual, debido al exceso de cortisol y adrenalina.

Otros cambios hormonales producidos por condiciones médicas y/o emocionales específicas o por el consumo de ciertos medicamentos, pueden tener efectos secundarios en el deseo sexual.

Entonces, antes de afirmar «mi pareja no me gusta», considera la posibilidad de estar transitando una etapa en la que el sexo no es una fuente de bienestar e interés en tu vida. En este caso, buscar la ayuda de un profesional de la salud es una buena alternativa.

Cuando tiene que ver con la pareja

Por otra parte, existen diferentes escenarios en los que se llega a sentir baja o nula atracción sexual hacia tu pareja. Cómo resolver cada situación dependerá de la naturaleza específica de los problemas y la disposición de ambas partes para abordarlos.

A continuación, vamos a explorar tres relatos distintos, cada uno planteando un contexto concreto, y ofreceremos posibles estrategias para enfrentarlos. Te invitamos a prestar atención a estas historias, ya que es posible que alguna de ellas resuene contigo.

1. Te atraía sexualmente, pero dejó de hacerlo

Miguel y Paola disfrutaban de una conexión apasionada. Solían perderse en la complicidad de sus miradas y caricias. Pero, con el paso del tiempo, Paola empezó a notar que la intensidad de su deseo por Miguel había disminuido. Las noches de pasión se volvieron cada vez más esporádicas y la chispa que solía encenderse con facilidad, ahora, apenas asomaba.

Él la buscaba, pero ella recurría a las típicas excusas: «Tuve un día fatal en el trabajo, estoy muy cansada» o «me duele la cabeza». Paola se sentía preocupada y, al mismo tiempo, cargada de culpa por la distancia que se creaba entre ellos y por cómo se podría estar sintiendo Miguel ante el rechazo sexual.

¿Qué hacer?

Si tu pareja no te atrae sexualmente como antes, es importante que indagues el motivo del cambio. ¿Se debe a descuidos en su aspecto e higiene? ¿Sientes gusto por alguien fuera de la relación y tu atención está focalizada allí? ¿La falta de atracción coincide con la pérdida de amor? Es fundamental que te ofrezcas respuestas honestas.

Después, llega el momento de las conversaciones difíciles (pero necesarias). Abre un diálogo sincero con tu pareja sobre lo que sientes y te preocupa. A partir de este intercambio pueden explorar posibles soluciones que ayuden a recuperar el deseo en la relación, siempre y cuando así lo quieran.

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2. Te gusta, pero no sientes atracción física

Luis y Juan están enamorados desde hace unos meses. Comparten gustos, intereses y valores, y así construyen una conexión emocional sólida. Pero, a pesar de la afinidad en estos aspectos, Luis descubrió que nunca experimentó una atracción física significativa hacia Juan.

Exceptuando el plano sexual, él siente y le demuestra profundo amor. Esta situación le provoca una gran tristeza e incomodidad, y resuenan con frecuencia en su mente pensamientos como «quiero estar con mi pareja, pero no me atrae» o «quiero mucho a mi pareja, pero no me atrae sexualmente».

¿Qué hacer?

Lo primero que tienes que saber es que la atracción puede desarrollarse con el tiempo, aunque al principio de una relación no estuviera presente. De hecho, un trabajo publicado en Interpersona sugiere que vemos más bonitos a quienes queremos. A medida que desarrollamos un vínculo emocional más fuerte con alguien, tendemos a verlo más atractivo.

Pero hay que reconocer que, en algunos casos, a pesar de los esfuerzos y de la conexión emocional, el deseo sexual puede no manifestarse de la manera deseada.

Si bien existen muchos tipos de atracción, y una relación puede encontrar formas de perdurar centrándose en aspectos diferentes al sexual, es esencial afrontar la realidad y hablar al respecto. Lo importante es que ambos estén a gusto.

3. Diferencias en las preferencias sexuales disminuyeron la atracción hacia tu pareja

Marcos y Sol llevan siete años juntos. Tienen proyectos de vida en común y una buena sintonía afectiva. Hace algún tiempo, ella empezó a sentir cierto aburrimiento y la necesidad de probar nuevas dimensiones en la intimidad. Mientras, Marcos se siente cómodo con rutinas más simples y convencionales.

Sol tiene sentimientos encontrados. Por un lado, está comprometida con la relación y los planes a futuro. Por otro, le genera un enorme malestar reprimir sus deseos con tal de no poner en riesgo su vínculo. La brecha entre sus preferencias sexuales es cada vez más evidente.

¿Qué hacer?

Ignorar el problema no lo solucionará. En este caso, es esencial reunir el valor necesario y abordar el tema. La búsqueda de soluciones conjuntas es el segundo paso. Es pertinente comunicarle a tu pareja lo que te gusta en la cama (y preguntarle sobre sus preferencias), de manera que ambos se complazcan en la intimidad.

Pueden explorar opciones que los satisfagan, negociar acuerdos específicos y, quizás, contemplar la posibilidad de una relación abierta.

Ahora bien, es fundamental detectar si el desencanto en la pareja no se limita al área sexual, sino que es generalizado. En este escenario, sin duda, conviene examinar a fondo la dinámica emocional y comunicativa entre ambos. Tal vez tengan que tomar decisiones dolorosas, pues de nada sirve sostener un amor que ha perdido su música.

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La terapia de pareja como herramienta clave

Es posible rehuir a la intimidad debido a un bajón sexual, a que aún sientes algo por tu ex, a que la atracción ya no es física o por no expresar cómo quieres que te satisfagan. Sin importar la razón por la cual ya no te atrae sexualmente tu pareja, siempre es bueno consultar a un psicólogo.

La psicoterapia es un espacio capaz de marcar una diferencia significativa, debido a que ofrece una mirada imparcial, estrategias prácticas y herramientas que les ayudarán a comprender y atender las raíces del problema. Además, la mediación de un tercero resultaría muy útil para que aprendan a comunicarse de manera más honesta, empática y efectiva.

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