Cómo afrontar una derrota: 10 consejos prácticos

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Una de las cuestiones más importantes para los deportistas es cómo afrontar una derrota. A pesar de que el fallo es algo temido y evitado en el mundo del deporte, lo cierto es que es posible superarlo e incluso aprender de él.

Es una experiencia que todo atleta ha enfrentado, o tendrá que encarar, alguna vez en su trayectoria. Por esa razón, conviene estar preparados. Sigue leyendo y descubrirás los mejores consejos prácticos.

1. Acepta la realidad de la derrota

Lo primero que puedes hacer para avanzar tras un revés es aceptar la realidad para no sufrir los efectos de no saber admitir la derrota. Has perdido un partido o una competencia, y esto no se puede cambiar. Sin embargo, cuando se logra dar el paso de asumir este hecho, se abre la puerta a trabajar todo lo que esto provoca: emociones, pensamientos, sensaciones y conductas.

Parece una obviedad, pero no todos los deportistas son capaces de asimilar un mal trago. Muchos eluden entrar en contacto con la experiencia porque esto les hace daño, sin saber que la evitación lo único que genera es un aumento del malestar.

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2. Dale una interpretación más positiva

En muchos de los casos, la derrota se vive de una forma tan aversiva, no por el acontecimiento en sí, sino por la lectura que se hace. Por lo general, se da una interpretación negativa, como si fuese algo de lo que avergonzarse o evitar a toda costa.

Sin embargo, esto es un error. Los fallos deberían verse como algo normal, propio de los seres humanos. Tal y como dice la famosa frase: «errar es humano». En vista de esto, cuando se admite que ocurrió, la lectura debe ser como una enseñanza. Gracias a ella, podemos descubrir cosas de nosotros mismos que hasta entonces ignorábamos, como aspectos en los que hace falta mejorar.

3. Gestiona las emociones negativas

Tenista sentado en la cancha reflexiona sobre la derrota.
Las emociones asociadas a la derrota están sujeta a varios factores, como la experiencia del deportista y la importancia de la competencia.

Alrededor de una competencia adversa se generan emociones negativas. Es normal sentir tristeza, enfado o decepción con uno mismo. Aun así, es necesario regular los sentimientos para garantizar el bienestar y el desempeño óptimo.

En este sentido, un estudio de la Universidad de Murcia señala que el componente emocional debería integrarse en los entrenamientos debido a su conexión con la parte física y el rendimiento.

Además, la gestión de las emociones por malos resultados debe atenderse con la misma importancia en prácticas grupales e individuales.

4. No permitas que tu mente se quede en el pasado

Las rumiaciones respecto al pasado es algo común entre los deportistas que les cuesta aceptar una derrota. A pesar de querer huir de ello, su vida parece que se detiene en torno a ese momento. No perdamos de vista que cuando estás anclado al pasado, no puedes vivir el presente.

El ahora es el único momento sobre el que hay margen de maniobra. Lo pasado no se puede cambiar y el futuro todavía no existe. Vivir en el «aquí y ahora» es lo más recomendable si de verdad quieres progresar. Permítete hacer las paces contigo mismo y focalízate en lo que vives día tras día.

5. Reconoce el esfuerzo realizado

Un error que se comete en el deporte con frecuencia es solo darle importancia al resultado de una competencia. Tendemos a reducir todo el trabajo hecho cuando valoramos si está bien o mal en función del éxito conseguido.

Pese a esto, hay muchas otras cosas que no son tan evidentes, pero que aun así importan. Todo el esfuerzo y sacrificio merecen su reconocimiento, aunque no se haya obtenido el rédito que uno esperaba. Por tanto, adquiere el hábito de reconocer tu valía y el trabajo duro que has realizado. Incluso en los peores momentos, es posible valorar la parte positiva.

6. Acepta tu parte de responsabilidad

En toda derrota intervienen varios agentes. Atribuírsela por completo a uno mismo o lo externo no solo es incorrecto, también es injusto. No todos los factores participan por igual. En vista de esto, conviene hacer un análisis, siempre en frío, de todo aquello que haya podido influir en la competición.

Además, es recomendable contar el número de factores y el peso de cada uno. La técnica del pastel es de utilidad. Consiste en dibujar un círculo y como si fuese un pastel dividirlo por sectores. Cada sector representa una circunstancia.

Lo interesante es que cada parte del pastel será de diferente tamaño en función de su grado de aportación al resultado. Cuanto más relevante sea, más espacio ocupará en el círculo. Al final, con esto lo que se busca es asumir responsabilidades de una manera más equitativa y realista.

Para profundizar: La técnica del pastel: ¿cómo nos ayuda a repartir mejor las responsabilidades?

7. Haz autocrítica con la mente fría

Nadadora conversa con su entrenador.
Analizar los resultados desfavorables en una competición permite identificar las fallas y trazar nuevos objetivos.

Sacar una lección después de un contratiempo está al alcance de cualquier persona. Para ello, lo primero que tienes que hacer es permitir que la cabeza se enfríe, y así poder pensar con claridad.

Una vez conseguida la calma, lo siguiente es hacer un ejercicio de autocrítica. El objetivo no debería ser echarnos la culpa o castigarnos por lo que se ha hecho, sino establecer nuevos objetivos de mejora para admitir las debilidades de uno mismo.

El autoconcepto, la forma de percibirse, se relaciona con la capacidad de autocrítica, según un artículo de la Universidad Cardenal Herrera. Por tanto, utilizar la autocrítica de forma constructiva es sinónimo de autoconocimiento, madurez, estima y humildad.

8. Háblalo con quien esté dispuesto a escucharte

Las palabras tienen un poder terapéutico enorme. Pocas cosas resultan más liberadoras que exteriorizar todo lo que uno lleva por dentro. Por esa razón, un consejo muy recomendable en el momento de afrontar una derrota es hablar de lo que se siente con alguien cercano.

Si tienes a una persona cerca para desahogarte, aprovecha ese recurso. Lo importante es que te escuche, que te permita expresarte con libertad y sientas que le importa el problema. Por el contrario, debes evitar a la gente que te responderá con críticas, reproches o diciéndote lo que tienes que hacer.

9. Toma como referencia a los grandes

Los deportistas de élite tienen mucho que enseñarnos. No solo a nivel técnico o deportivo, sino que sus experiencias son lecciones de vida que podemos utilizar para inspirarnos en los momentos más necesarios.

Para llegar a lo más alto, todos los grandes han tenido que ganar, pero también han aprendido a perder. Elige como referente a cualquiera de ellos y, si examinas su carrera, verás la cantidad de derrotas superadas.

Al fin y al cabo, son humanos como todos nosotros, pero su fortaleza en la adversidad es lo que les hace parecer de otro planeta.

10. Por encima de todo: no abandones

Quizás después de haber puesto todo tu esfuerzo en algo y no se cumpla, sientas que debes abandonar. La motivación no está en su punto más alto: las emociones negativas y el pesimismo propician todo tipo de pensamientos derrotistas.

No obstante, ten en cuenta que un tropiezo es solo un momento en toda tu trayectoria, la cual es mucho más extensa.

Aunque las ganas de dejarlo sean intensas, intenta cambiar el foco y dirige tu mirada a todo lo que has ganado, durante el tiempo que has entrenado. Recuerda el siguiente enunciado: «cuando pienses en abandonar, recuerda por qué empezaste».

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No te dejes llevar por la frustración y supera los baches en el camino

El deporte sería difícil de comprender si no hubiese derrotas. En una competición hay alguien que gana y otro que pierde, pero esto no significa que lo haya hecho mal o que haya sido un fracaso. Es la interpretación producto de la frustración lo que hace que sea tan temida, pero si uno aprende a gestionarla, verá que no hay que asustarse.

Esperamos que estos consejos te hayan sido de utilidad para afrontar cualquier derrota. Aunque no obtener el resultado que uno espera es algo que te hace sentir mal, y más si has trabajado mucho; de todo lo malo puedes aprender, siempre y cuando tengas la mente abierta.

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