Estás sentado allí, solo, recordando cuando eras feliz y no lo sabías. Recuerdos que sabes que por más heridas que tengas jamás se borraran de tu mente y de tu corazón. En la foto, estas allí en aquel lugar que aun sueles visitar pero la magia de aquella fotografía no está, las personas con las que estabas ya no están.
Simplemente las cosas han cambiado desde aquella vez, te preguntas cuándo sucedió, cuándo pasó, cuándo se fue. Su ausencia y la ausencia de dichos momentos es lo que te hace sentir que todo murió.
El paso del tiempo ha cambiado las cosas y te ha cambiado a ti, mantienes una sonrisa y una tranquilidad falsa mientras sabes que las cosas no están bien y que no lo estarán, deseas que el momento de aquella foto regrese y puedas disfrutar un poco más.
Consejos, abrazos, es lo que recibes pero aun así el hueco profundo que deja el dolor no se tapa, no se llena, simplemente te atienes a acostumbrarte mediocremente con lo que está pasando y lo que pasará porque sabes que nada volverá a ser como antes.
Estás seguro de que su compañía era y es tan indispensable en tu vida que su experiencia es tan indispensable en tu crecimiento, que a veces prefieres olvidar todo lo malo y seguir sintiéndolo cerca de ti. Pero otras veces piensas que no se puede, que cosas como esas no se pueden borrar, que las heridas que causó dejarán cicatrices que nunca podrás ocultar.
¿Será que el amor que tienes por esa persona es suficiente para borrar el dolor? ¿O será que por más amor que tengas no tienes por qué aguantar dolor? Solo sabes una cosa y es que no fue el mejor papá del mundo, pero fue y será tu papá, y que le debes respeto y agradecimiento.
Algún día lo quisiste demasiado, algún día fue para ti tu héroe y la persona más ejemplar de tu vida. Y aunque las cosas ya no son tan parecidas, por más que haya fallado, jamás nadie podrá ocupar su lugar.
Comentarios